martes, 10 de noviembre de 2009

Lectura 1 MANUAL DE ECONOMÍA POLÍTICA

Intentaré hacer un breve resumen-comentario de la primera lectura encargada en la asignatura de Sistema Económico Mundial. Su autor es Longo.

Lo primero que me llamó la atención fue la aparición de la expresión "la ciencia económica no marxista". Sin duda esa expresión deja claro que la economía no es precisamente una ciencia exacta sino una de las denominadas ciencias sociales. No entraré a discutir si las ciencias sociales son realmente ciencias o no. Ni es el momento ni tengo una idea clara de ello. Me llamó la atención esa cita de "ciencia económica no marxista" pues indirectamente indica que existe una ciencia económica marxista. Una ciencia con diferentes posicionamientos. La ciencia económica y el que haya diferentes posicionamientos sobre ella no dejan en muy buen lugar a esa disciplina. No existe en física una postura einsteniana y una no einsteniana. O una newtoniana frente a otra no newtoniana. No hay matemáticos que sigan a Nash frente a otros que lo rechacen.

En segundo lugar, y ya más apartado de una propia opinión personal, como idea principal del texto estarían los cuatro pasos que debe pretender el conocimiento científico. A saber y por este orden: descripción de la realidad, explicación de la misma (partiendo de esa propia realidad), comprensión, y modificación según las exigencias y necesidades del hombre. Hay que dejar claro la valoración de los resultados obtenidos por el conocimiento ha de responder sólo a criterios de verdad y no de utilidad.

La otra idea central del texto es conseguir una definición de ciencia, pero como mi nivel intelectual no alcanza el de Schumpeter voy a dar por muy buena la que él da aún siendo consciente de que otros muchos autores han trabajado sobre ese tema ofreciendo definiciones también satisfactorias.

Me ha gustado el recorrido que hace el autor sobre cómo ha explicado la Humanidad el mundo real con una primera etapa de explicaciones fantásticas, seguida de otra de hipótesis sobre causas y realciones reales, para finalizar en el conocimiento objetivo de las relaciones entre los fenómenos de la realidad. Me ha recordado mucho a las tres fases o estados de desarrollo del conocimiento de Auguste Comte que eran el estado teológico, seguido del estado metafísico o abstracto para terminar alcanzando el estado científico o positivo.

Por último, y a modo de crítica, señalar lo chocante que es encontrarse con una sentencia como la que presenta al marxismo como materialismo filosófico coherente y lógico por lo que es la primera concepción del mundo basada en la ciencia. Ciertamente esta afirmación pone en sospecha todo lo que este autor pueda exponer porque los discutibles cuando menos resultados históricos del marxismo dejan claro que esta doctrina muy científica e infalible no es.

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