sábado, 30 de enero de 2010

CAPÍTULO V TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA, de Paul Sweezy

CAPÍTULO V: LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA.
El principio del capítulo explica lo que es la reproducción simple. Este concepto parte de la idea de un consumo o inversión del total de las ganancias por parte de los agentes del capitalismo. Con esto se garantizaría una inmutabilidad en las escalas sociales del sistema. Esto es algo”imposible” ya que el fin mismo del capitalista no es el valor de uso sino la acumulación del capital mismo. El capital ganado gracias a la plusvalía es invertido para ganar más capital, aumentando la anterior plusvalía, y es en este punto donde comienza el proceso de acumulación.

Una de las consecuencias de todo esto reside en el valor de la fuerza de trabajo. Partiendo de que la acumulación necesita de una demanda constante de fuerza de trabajo, deberíamos suponer una subida de los salarios de los trabajadores, pues esta premisa básica en la teoría clásica no se da en ninguna sociedad, y es aquí donde se centra el principal problema derivado de la acumulación capitalista. El error reside en el tratamiento de la fuerza de trabajo como una mercancía ordinaria. No existe ninguna producción de fuerza de trabajo, por lo que nadie puede comerciar con ella de acuerdo con las leyes de la oferta y la demanda. El trabajo posee el precio natural y el precio de mercado. El primero es el necesario para que un trabajador pueda subsistir y perpetuar su raza, ni más ni menos, y lo realmente preocupante es que el precio con respecto al mercado según la oferta y demanda tiene una tendencia continua al ajuste con el precio natural. Esta tendencia la explica con la teoría del ejército de reserva del trabajo.

El porqué de la detención de los salarios en el precio natural se debe a una masa de obreros desempleados que ejerce una presión constante hacia abajo en el nivel del salario. Este ejército de reserva se nutre de aquellos trabajadores que han sido sustituidos por la maquinaria gracias al continuo afán de reducción de costes por parte de los capitalistas. Aunque se podría suponer que tal acumulación de capital también representa la creación de nuevos mercados e industrias que necesitarían de empleados, por lo que el ejército de reserva estaría en continuo descenso e incluso llegaría a vaciarse por lo que los salarios comenzarían a subir. Aquí es donde Marx alude a la industrialización y a las crisis y depresiones como un mecanismo capitalista para aumentar el ejército de reserva en el caso de que ésta se redujera a niveles peligrosos para el nivel salarial. Por todo esto se dice que una crisis capitalista sería inconcebible ya que la prosperidad de la industria es a expensas del ejército de reserva y, en el caso de que se diera una depresión, el ejército de reserva aumentaría por lo que la presión sobre los salarios generaría ganancias, por lo que es un sistema donde el capitalista no puede estar en crisis. Con esta teoría Marx no sólo invalida la ley de la población y la de los rendimientos decrecientes, sino que demuestra que la creencia en que el capitalismo desemboca en un estado de reposo se torna en un proceso de revolución continua.

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