domingo, 31 de enero de 2010

CAPÍTULO VIII TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA, de Paul Sweezy

CAPÍTULO VIII: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS.
Las crisis son fenómenos extraordinariamente complicados. Para Marx, “La crisis real puede explicarse sólo por el movimiento real de la producción capitalista de la competencia y el crédito”.

1. La producción simple de mercancías y las crisis.
Una moneda o medio de circulación bien aceptado y más o menos estable es un rasgo necesario de una sociedad que ha avanzado más allá de la etapa del trueque ocasional. Así , la función y el propósito del dinero es dividir el acto del cambio en dos partes que, por la naturaleza misma del caso, pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio. El uso de la moneda le permite al productor poder vender su producto cuando está terminado y comprar a su satisfacción lo que le hace falta. De este modo se ahorra mucho tiempo y resulta posible la verdadera especialización que es la base de la productividad incrementada. La organización de la producción por medio del cambio privado lleva consigo la posibilidad de una crisis, de una interrupción en el proceso de la circulación, que está condicionado por la separación de la compra y venta. Puede extenderse desde su punto de origen hasta afectar a toda la economía, apareciendo la crisis con existencias de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender y sería una crisis de superproducción.

Las crisis son posibles pero más bien improbables, o accidentales, bajo la producción simple de mercancías.

2. La ley de Say.
Los economistas clásicos no son capaces de distinguir entre producción simple de mercancías y producción capitalista. Aparece la “Ley de los mercados de Say”. Ésta sostiene que una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad, es decir, que no puede interrumpirse la cadena M-D-M y por lo tanto no puede haber crisis ni sobreproducción. La tesis correcta de que las crisis y la sobreproducción son improbables bajo la producción simple de mercancías se convierte en la tesis falsa de que las crisis y la sobreproducción son imposibles en cualquier circunstancia. Marx ridiculizó el razonamiento. No está uno obligado a comprar sólo porque ha vendido. El dinero es algo más. Es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separas y distintas, la venta y la compra. Si uno vende y deja de comprar el resultado es la crisis y sobreproducción.

3. El capitalismo y las crisis.
La forma de circulación M-D-M cambia en el sistema capitalista a D-M-D. El capitalista inicia su carrera con dinero, lanza éste a la circulación a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción y finalmente, después de cumplido un proceso de de producción, reaparece en el mercado con mercancías que transforma de nuevo en dinero. El capitalista devuelve constantemente el dinero a la circulación. El capitalismo es producción para obtener ganancia y es esto lo que explica el porqué el capitalismo es peculiarmente susceptible a las crisis y a la sobreproducción.

La pasión inextinguible de lucro guiará siempre al capitalista. Ahora bien, en lo que concierne a la posibilidad de la crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías y el capitalismo. Cualquier interrupción en el proceso de circulación puede iniciar la sobreproducción. La forma específica de la crisis capitalista es una interrupción del proceso de la circulación provocada por un descenso en la tasa de la ganancia mas allá de su nivel ordinario.

4. Los dos tipos de crisis.
La ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancias es apropiada a la acumulación de capital y lleva consigo una tendencia de la tasa de la ganancia a descender. Si abandonamos la suposición de que todas las mercancías se venden en sus valores de equilibrio, aparece otra posible causa de descenso de lucratividad. El punto es obvio cuando el precio de mercado cae por debajo del valor y la ganancia se reduce o desaparece. Si esto ocurre en un número suficiente, se produciría la crisis de realización. Es importante advertir de la diferencia entre las crisis relacionadas con tendencia descendente de la tasa de la ganancia y la crisis de realización. El punto de partida de la crisis es en ambos casos un descenso de la tasa de ganancia.

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